Hay un proverbio Chino que dice:
Si quieres ser feliz una hora, embriágate;
si quieres ser feliz un día, mata tu cerdo;
si quieres ser feliz una semana, haz un viaje;
si quieres ser feliz un año, cásate;
si quieres ser feliz toda tu vida, cuida tu huerto.
Bueno, pues en estas ando yo estos días, cuidando mi huerto. No voy a pescar, no por que no quiera si no por que, a veces, hay obligaciones superiores que no nos permiten alejarnos de nuestro entorno familiar el tiempo necesario para ejercitar este deporte tan apasionante, donde las horas pasan inadvertidas.
Las flores de mi huerto |
La escalera también ayuda |
He comentado en varias ocasiones que este año las temperaturas han sido muy frías durante la última quincena de la primavera y el primer mes del verano y esto ha tenido su repercusión en la huerta, retrasándose los frutos unos quince días.
Sí he cosechado ya lechugas, cebollas, calabacines, pepinos y patatas, pero los tomates están aun muy verdes y algunas plantas han empezado a entristecerse arrugándoseles las hojas, ante lo cual no me ha quedado más remedio que acudir al especialista y contarle el problema, comentándome que, este año, debido a la sequía, le estaba ocurriendo lo mismo a muchos hortelanos y que se trataba de un hongo que llega a secar la planta, pues ataca a las raíces. Resumiendo, que he tenido que envenenar, contra mi voluntad, las plantas de tomate, ya que no me dio ninguna esperanza de que se salvarán, es más, me vaticinó que, poco a poco, todas terminarían igual. Así que, a las unas por que tenían el hongo y a las otras como tratamiento preventivo, he repartido fungicida para dar y tomar a todas.
La patata sigue su curso |
El calabacín a pleno rendimiento |
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