lunes, 29 de abril de 2013

UNAS HORAS DE SOSIEGO


   Eran las 12,30 horas  del viernes pasado cuando terminé mis labores en la huerta y, como no estaba muy cansado, pensé: Llevo asistiendo, en una semana, a dos entierros en Pinilla de la Valdería y al final todas nuestras grandezas, títulos, riquezas, amarguras y cabreos caben en la estrechez de un sepulcro, así que vamos a darle un poco más de "tralla" al cuerpo y a disfrutar del río de mis sueños tratando   de despojarme del desasosiego que me cubre.  
El río Eria crea y destruye
  Con una ninfa faisán de rastro, cuyo codal se acercaba al metro de largo, otra, con uno de treinta centímetros, por encima de la boya y dos ahogadas,  una un pardón y la otra montada con un Guterman 448, brincada con un color  Burdeos y pluma  pardo aconchado, inicie la jornada en el río Eria. 

sábado, 20 de abril de 2013

UNAS HORAS EN EL RIO Y MUCHAS EN LA HUERTA.

Mucho trabajo por delante
      He tenido que redoblar mi esfuerzo en la huerta, pues con tanta lluvia se lleno de malas hierbas y me he visto obligado a retirarla con el fin de facilitar las labores de repartición del estiércol; todo ello ha retrasado, este año, la plantación de repollos en más de quince días; seguro que serán más pequeños. He ido hasta Astorga para comprarlos, pues los martes son los días que montan el mercadillo en esta ciudad, ya que  era el día que tenía previsto acercarme al pueblo y así, de paso,  también aproveché para tratar de localizar algún hilo que me pudiera servir  para el montaje de mis ahogadas, en esta ocasión no hubo suerte.

Astorga y su mercadillo
   Me gusta recorrer esta ciudad milenaria en la que viví durante tres años cuando estudiaba el bachillerato, aun recuerdo el sabor de los pinchos de tortilla picante del bar la Guitarra que, diligentes, degustábamos en el recreo de las once de la mañana. 

lunes, 8 de abril de 2013

TODO LLEGA

Plantación de cebollas


   El sábado, tempranito, tomé todos mis telares de pesca y para la Bañeza. Recorrí el mercado semanal  echando una ojeada a los puestos donde venden hilos, como suelo hacer los sábado que me encuentro en esta localidad, y al no visualizar ningún  rayón que me pusiese los pelos como escarpias, me acerqué a un puesto donde, año tras años, adquiero cebollas y compré un manojo de cincuenta, para completar las que ya planté en mi huerta hace mas de quince días. Estos vendedores tienen como un sexto sentido que les permite cribar a los mirones de los que tienen interés de compra, haciéndose como los despistados a las preguntas de los primeros  y volcándose con los segundos en la exhibición del género. A mi mujer no le gustan los mercadillos porque dice que tiene la impresión de que siempre la engañan, ¡que subjetiva es la seguridad!


Río Eria
   El topo de todos los años ya ha empezado a hacer estragos entre las cebollas levantándome cinco o seis plantas, doy por hecho que tengo que perder algunas y aumento un cinco por ciento la plantación, no obstante estaré al acecho a ver si lo puedo cazar y pelarlo para hacer un mosquito que monto con su pelo para formar el  tórax y un color kaki en el abdomen, que va muy bien para el mes de mayo. El sábado se me ha pasado casi sin darme cuenta realizando labores en la huerta, entre otras,  sembrar un surco de patatas; esto me ha servido para rebajar mi estado de ansiedad ante la inminente apertura de la pesca.

La primera de la temporada

   El domingo a las 11,30 horas comencé, en mi casa de Pinilla de la Valdería, los actos litúrgicos de preparación al acto sagrado de arranque de la temporada de pesca. El día estaba frío y ventoso por lo que decidí ataviarme con mi indumentaria de pesca en casa, dejando únicamente por ponerme el chaleco, el morral y la sacadera. Eran las 12,00 horas cuando tomé el coche desde la Valdería en dirección a la comarca de la Cabrera, para iniciar la jornada en el río Eria, en la misma zona en la que lo llevo haciendo desde hace unos veinte años; verdaderamente no es nada cómodo conducir con el vadeador puesto, pero haciendo balance de los pros y los contras, y teniendo en cuenta que no son muchos los kilómetros que tengo que hacer,  es una buena opción.
La primera al Pardón

   El río, a simple vista, no ha experimentado cambios sustanciales en su recorrido al  de otros años, lo que indica que sus orillas están bien consolidadas y fijadas por los árboles y matorrales que jalonan sus márgenes o que, las crecidas de estos años, no han sido lo suficientemente fuertes para alterarlo. La primera tirada con mi cuerda, construida con  una ninfa faisán de rastro, como ahogadas un paja y un violeta, de simibailarina un tabaco y de bailarina un pardón, fue a parar al centro del río de una gran tablada.