Una vez que han finalizado mis obligaciones
familiares en el pueblo, presto me reincorporo a las nuevas tecnologías, no sin
antes haber puesto a buen recaudo mi cosecha no perecedera.
Las cebollas han alcanzado un buen tamaño |
Mi abuelo decía que no debemos pedir agua o sol, sólo una buena cosecha, ¡y qué razón tenía!.
"La burra grande, ande o no ande" |
Le
saqué una fotografía al tomate que coseché con mayor tamaño, no era muy bonito
pero sí muy sabroso. En la tomatera he sufrido algún descalabro con los palos
que sujetaban las plantas, pues, al madurar tarde los tomates, las plantas
estaban muy cargadas lo que propició que alguno de los palos se me rompiesen
cayendo al suelo. Con el fin de evitar
quebraderos de cabeza para el próximo año, me he aprovisionado de unos
cuantos palos nuevos para retirar los más viejos. Los he cogido de humero ( Es el nombre vernáculo que le damos a los alisos en mi pueblo) ya que es muy resistente al agua, tanto que, en Venecia, los cimientos de algunos edificios son de esta madera; también se emplea en la construcción naval, claro que, para que resista muchos años, lo imprescindible es que siempre esté mojada y para el uso que yo le voy a dar eso es imposible.
Palos para los tomates |
He hecho acopio de nueces, porque si iniciamos una guerra contra Cataluña, son
fáciles de transportar y de conservar. Es lo que tiene estar retirado de la
información diaria, que cuando te reincorporas y lees el periódico dices:
¡coño! tanto ha cambiado el mundo en tres meses. Me dan ganas de volver a mi aldea, seguir removiendo la
tierra aunque no sea necesario, dormir una buena siesta y, como no, jugar unas
buenas partidas de cartas ( en mi pueblo se juega a la subasta) hasta las
tantas de la noche en el bar del "Rabias", centrando la conversación única y exclusivamente en la
dicha o desdicha de recibir una buena mano y olvidarme de tantos políticos
mediocre que, hoy, dicen una cosa y mañana la contraria como si nada; ¿será
porque son varios individuos en uno? Recuerdo un pasaje de “ El Buscón” de
Quevedo en el que a Pablos, cuando era un muchacho, otro de su edad le llamo “
hijo de una puta” y después de descalabrarlo de una pedrada, corre a su madre y
le pregunta si le había concebido a escote entre muchos, o si era hijo de su
padre; en fin, hoy sabemos que es un solo espermatozoide el que fecunda el óvulo,
pero su obras son ciertamente para pensar que fueron concebidos a escote y cada
día es uno de sus muchos padres el
que influye en su forma de actuar.
Nueces de Pinilla, pequeñas y sabrosas |
La
semana que viene haré inventario de mi equipo de pesca, me pondré al día sobre
normativa e iniciaré la construcción de señuelos para la próxima temporada,
esperando que un golpe de suerte me permita ir a pescar más tiempo que este
año.
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