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Riaño 53,1 metros cúbicos por segundo |
Hoy
viernes me he levantado con ganas de
recuperar mi autoestima, como pescador, después del mal sabor de boca que me dejó Garaño, así
que, a las 12,30 horas, estaba a
orillas del río Esla, uniformado y
listo para que me pasasen revista (el lugar no lo digo por aquello de que: "el que dice todo lo
que sabe dice lo que no conviene") .
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Saltona amarilla |
Aunque
están soltado 53 metros cúbicos de agua por segundo, hoy he notado una merma sustancial
respecto a anteriores jornadas en mi zona de pesca, así que me he lanzado al
centro del río y a varear las dos orillas, río abajo. Las primeras tres truchas fueron
pequeñas, todas enganchadas a la ninfa faisán, y cómo no, la primera
reglamentaria de 22,5 cm., prendió en la ninfa al introducirse esta debajo de
un salguero. Si es que Dios creo los salgueros para deleite de los pescadores, claro que cuando se engancha
el mosquito en alguno, la obra es de satanás y mil demonios más.
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El Esla vigoroso |
A
la hora retiro la ninfa al comprobar que están comiendo en superficie y, puesto
que el día está ventoso y nublado,
pongo un mosquito más junto a la boya, optando en esta ocasión por un
carne con brinca negra (La Paleta 3277) y pluma pardo casi negrisco. Este
mosquito junto a la saltona amarilla fueron los campeones, el primero haciendo
estragos en las zonas sombrías de las orillas y la saltona en las aguas
centrales del río, esto no quiere
decir que el butano con tórax
negro se comportara mal, ni el salmón o salmón fuerte, también el carne brincado en amarillo hizo su aportación
a la recuperación de mi autoestima.
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La paleta 3277, brincado en negro |
No obstante también cometí errores, pues
sabiendo que en una tirada, si una trucha me enganchaba, lo más probable era que
perdiese algún mosquito pues había un tronco frente a mi posición, efectué la tirada, perfecta, con el
consiguiente enganche de una trucha que rauda y veloz se lanzó al tronco y allí
dejé todos los mosquitos y unos
quince metros de sedal; por supuesto el tronco estaba en una parte del
río, cual castillo medieval rodeado de su
foso profundo, que me impidió recuperar mis mosquitos (no me gusta dejar
mis mosquitos por el río- cuando un entendido los recupera, les hace la autopsia,
los imita, los prueba y sin derechos de autor). Por qué efectué esa tirada, por
prepotente y vago, pues habiendo bajado ocho o diez metros más hubiese cubierto
la zona lo mismo y, al enganchar la trucha, tirando río abajo, el tronco quedaba
retrasado a mi posición y fácilmente lo podía salvar. En fin,
año tras año se repiten los mismos errores. ¡ Aleluya!, sigo siendo humano.
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Las reglamentarias |
Otrosí.- Completado el cupo, he recuperado mi autoestima como
pescador. Ya puedo dormir tranquilo yo y toda mi familia.
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A orillas del Esla |
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