sábado, 28 de julio de 2012

Días de huerto


Hay un proverbio Chino que dice:
Si quieres ser feliz una hora, embriágate;
si quieres ser feliz un día, mata tu cerdo;
si quieres ser feliz una semana, haz un viaje;
si quieres ser feliz un año, cásate;
si quieres ser feliz toda tu vida, cuida tu huerto.
   Bueno, pues en estas ando yo estos días, cuidando mi huerto. No  voy a pescar, no por que no quiera si no por que, a veces,  hay obligaciones superiores que no nos permiten alejarnos de nuestro entorno familiar el tiempo necesario para  ejercitar este deporte tan apasionante,  donde las horas pasan inadvertidas.
Las flores de mi huerto
   Volviendo al huerto comentar que estoy en jornadas de lucha contra los pájaros que me están comiendo las ciruelas. Son muy listos, la mayoría están verdes y ácidas, no obstante, ellos saben donde tienen que picar, pues observo que las picadas que tiran al suelo están maduras. Suelen atacarme el ciruelo con más virulencia hacia las 16 horas, aprovechando que no circula gente por las inmediaciones; es el momento en el que la mayoría de los vecinos de pueblo duermen su siesta. Yo hago incursiones y les doy sustos, ya que el árbol está a unos treinta metros de mi domicilio; a veces me río pensado en el humorista Gila con aquello de las indirectas, algo así hago yo. Llevaba  unos cuantos días pensando en hacer un espantapájaros y, esta mañana, me he puesto a ello;  el resultado no ha sido muy convincente pero espero que a los plumíferos les cause terror.

La escalera también ayuda
   He comentado en varias ocasiones que este año las temperaturas han sido muy frías durante la última quincena de la primavera y el primer mes del verano y esto ha tenido su repercusión en la huerta, retrasándose los frutos  unos quince días. 
La patata sigue su curso
   Sí he cosechado ya lechugas, cebollas, calabacines, pepinos y patatas, pero los tomates están  aun muy verdes y algunas plantas han empezado a entristecerse arrugándoseles las hojas, ante lo cual no me ha quedado más remedio que acudir al especialista y contarle el problema, comentándome que, este año, debido a la sequía,  le estaba ocurriendo lo mismo a muchos hortelanos y que se trataba de un hongo que llega a secar la planta, pues ataca a las raíces. Resumiendo,  que he tenido que envenenar, contra mi voluntad, las plantas de  tomate,  ya que no me dio ninguna esperanza de que se salvarán, es más,  me vaticinó que, poco a poco, todas terminarían igual. Así que, a las unas por que tenían el hongo y a las otras como tratamiento preventivo, he repartido fungicida para dar y tomar a todas.
El calabacín a pleno rendimiento

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