domingo, 22 de abril de 2012

Coto de Villafeliz

León.-22.04.2012

   A Villafeliz le llaman, cariñosamente los de los pueblos vecinos, el pueblo de las dos mentiras. Según dicen: “ni es villa, ni es feliz”. En lo primero tienen razón, en lo segundo… ¿quién sabe?, lo cierto es que se encuentra enclavado en la comarca de Babia y parece ser que fue Quevedo uno de los primeros en utilizar la expresión “estar en Babia”, refiriéndose a una persona que está descuidada, ausente o con el pensamiento en otra parte. Esta expresión  pudo nacer, según unos,  por el  hecho de que los reyes leoneses en la Edad Media, en la estación veraniega, se desplazaban a la comarca de Babia  donde pasaban la época estival y cuando preguntaban a sus súbditos por el Rey estos contestaban que se encontraba en Babia. Otros manifiestan que proviene de los pastores trashumantes que cuando abandonaban las praderas de Babia para dirigirse a Extremadura y encontrándose de noche frente al fuego, se evadían tanto que unos a otros se reprendían con la expresión “ despierta que estás en  Babia”; en cualquier caso sólo hay que acercarse por estos valles para entender que uno puede sentir nostalgia al abandonarlos.
 
  


    Bueno, pues no pudo ser, el tiempo nos ha impedido reunirnos en el coto de Villafeliz y robar el silencio al río Luna, nuestros espías en el valle nos aconsejaron el día antes que traía mucho agua del deshielo y se suspendió la concentración. No obstante,  como amaneció un buen día y el Señor, en su inmensa misericordia, me recordó que  yo no  conocía esta zona y que a mi edad ya iba siendo hora de conocer este pequeño rincón paradisíaco de León; ahora que recuerdo, creo que en realidad me bombardeo la mente con aquello de que “lo importante no es el destino lo importante es el viaje”, en fin, lo que quiero decir es que después de darle unas cuantas vueltas en la cabeza a la idea de ir a pescar, procurando ver la botella sólo medio llena, me preparé mis bártulos de pesca y sobre las 11,30 horas tome dirección a la comarca de Babia.


   Al pasar por la Magdalena mis pensamientos retomaron recuerdos de jornadas pasadas en el coto de Garaño, aquí cuando el pantano de Barrios de Luna suelta agua hay ocasiones en que los márgenes del río entran en los prados de la ribera. No obstante, el año pasado, saqué muy buenas truchas cuando venía muy crecido con la ninfa de faisán.
   

Cabecera del coto de Villafeliz 
  
   Pues sí,  el río en el termino de Sena de Luna venía cabreado ( con fuerza y  turbio ) así que haciendo caso a un comentario que encontré en Internet que indicaba que las aguas turbias se debían principalmente a un afluente de este, opté por irme  a la cabecera del coto, cruce el río  por el puente del pueblo de Truebano adentrándome en una calle, donde aparque el coche  e inicie el acto de adecuar mi indumentaria a la actividad que iba a realizar,   ja, ja, ja, ¡que mundo este!, es que la indumentaria reviste al individuo de profesionalidad y, además, la del pescador lleva gorra y donde esté una gorra… ¡vamos un pescador cualificado!  En esas estaba cuando apareció el guarda que rápidamente me dijo que estaba yo sólo en todo el coto,  ¡coño!,  si lo sabré yo que era uno más de los once que teníamos organizado el día para pescar y lo que fuera menester. Ahora que lo pienso lo que en realidad me estaba diciendo igual era : “ eres tonto del culo, no ves que sólo estás tu porque sólo a un tonto del culo se le ocurre intentar pescar en esta situación”, aunque  igual pensó que esa información me sería de utilidad, porque tal vez quien  se asoma al río en las circunstancias en las que se encontraba solamente podía ser alguien muy inteligente, que aprovecha la ocasión para pensar sin que nadie lo moleste, o igual no pensó nada y lo hizo para romper el silencio y comprobar si iba a pescar el coto o el sin muerte que se inicia en la parte de arriba del puente. Voy a dejarlo porque va a ser imposible saber lo que quiso decirme con aquel : “estás sólo en el coto”, luego me solicitó la documentación afirmando que así mas tarde ya no habría que hacerlo. Lo sabía, el guarda sabía que por muchos pensamientos que tuviese que ordenar,  en una hora en ese valle los liquidaba y no volvía a verme el pelo y claro, si estaba yo sólo, hay que justificar que se trabaja aún siendo Domingo y digo yo, cobrará más o se lo compensarán con horas de absuelto. Al darme la documentación se despidió con un “que tengas suerte”, ahí ya me dio la puntilla, un guarda deseándome suerte …, cuando en realidad piensan que las truchas son suyas compitiendo entre ellos  por tener el coto con más truchas. Se dice que a más de uno le ha dado un infarto cuando un pescador le enseña el cupo completo.





     Vamos a lo que vamos,  pues eso, que una vez disfrazado cogí la caña con mis tres ninfas (faisán y dos perdigones), desanduve el puente y tome río abajo por la margen izquierda; el río tenía prisa, iba como buscando caer en alguna turbina o igual sabía que siete kilómetros más abajo encontraría la calma que sólo saben dar las masas, en este caso la masa de agua del pantano de Barrios de Luna. Después de caminar unos cien metros  me decido a  montar la caña, porque el paseo está muy bien y el día con sus claros y oscuros también, pero, si no la monto,  en cualquier momento me doy media vuelta y para León, así que, con la herramienta dispuesta, recorro otros doscientos metros sin encontrar un sitio que se merezca una tirada, y ya, según pensaba el guarda o creo pensaba, tengo ordenados la mitad  de mis pensamientos, o empiezo a pescar pronto (yo cuando pesco la mente está en blanco) o se me acaba la gasolina del paseo. Bueno, pues llegué a la unión con el río Torrestio habiendo efectuado unas diez tiradas y yo pensaba para mi, éstas ( las truchas) hacen lo mismo que yo cuando el tiempo está mal,  en casica con sopicas  y buen vino, así que recogí el aparejo, me comí el bocadillo a la orilla del río como si estuviese en Babia… o lo estaba?, y de vuelta para León, repitiéndome a mi mismo aquello de que “ lo importante no es el destino, lo importante es el viaje”.





Información del 23 de Abril






No hay comentarios:

Publicar un comentario