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La fuerza de otros años |
Ayer cuando me acerque al
río Eria eran las 13,00
horas, de un día
desapacible, nublado y frío,
donde, de vez cuando, alguna de las nubes hacia pequeñas aportaciones de agua a
este año tan seco. Comencé a pescar con
tres ninfas colocada después de la boya, siendo la última y más pesada
la faisán a la que seguían una montada con el hilo del pardón y otra negra
brincada en rojo Burdeos.
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En el espino seguía la misma boya |
Como a las 13,30 horas no
había cogido ninguna y vi algún pardón, opte por hacer un cambio en la
composición de aparejo por aquello que decía Albert Einstein: “ Si buscas
resultados distintos, no hagas siempre lo mismo”. Recorté el rastro a unos
treinta centímetros con la ninfa faisán
y coloqué por encima de la boya
cuatro moscas ahogadas, dos pardones y dos violetas ( montada esta última con el Gütermann nº 158,
brinca burdeos y pluma en indio acerado oscuro )
Inmediatamente comencé a ver resultados, una tras otra
fui contando las ocho primeras, memorizando los mosquitos a los que las iba
consiguiendo ( cuatro pardón, dos violeta y dos a la ninfa del rastro) oscilando sus medidas desde los 6 a los 21,50 cm. A partir de la octava dejé
de llevar la cuenta, pues sobre las 15,00 horas, con una leve llovizna, y por
espacio de unos quince o veinte minutos,
casi cada tirada me tocaba o prendía
alguna en mi cuerda (no se si lo había comentado pero denominamos cuerda en León, al aparejo de moscas ahogadas montadas en unión de una boya, de las cuales, como norma general, cuatro van por encima de ésta y una, denominada rastro, por debajo )
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La más pequeña del día |
Fue una jornada relajante, donde tuve tiempo incluso para sacar una fotografía
y mandarla a mi familia. Creo que hasta las cinco de la tarde, que abandoné mi
zona de pesca, desanzuelé unas veinte truchas de las que únicamente daban la
medida dos. Siendo sábado, me ha parecido extraño no encontrar a nadie
pescando, ¿será que esta crisis se está llevando por delante hasta las ganas de
vivir…? En fin, ya que he nombrado
a Einstein recordar que él decía: “ En los momentos de crisis, sólo la imaginación es más importante
que el conocimiento”, por tanto, pongamos en valor ambos y podremos con ella,
evitando que nuestro jóvenes, tan bien formados, tengan que abandonar España. Este fin de semana he leído la historia de un matrimonio con dos hijos, cuyo padre, autónomo del sector del transporte, lleva tres años en el paro y manifiesta que habrá entregado, en este tiempo, unos 3000 curriculum vitae; he pensado en él como en un hombre valiente que se acuesta, cada día, con la esperanza muerta y se despierta con una nueva esperanza que le permite continuar su búsqueda. Quizás algún día las naciones del sur de Europa, cuando las del norte nos necesiten, seamos capaces de echar una mano, hacer más Europa y ser un poco más tolerantes, al fin y al cabo, ahora, sólo es cuestión de dinero.
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Ninfa Faisán |
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La primavera ya se nota |
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