A veces lo que más rabia me da es no encontrar el vocablo
adecuado para describir la poquedad, miseria y mezquindad de algunos individuos
que transitan por los ríos de esta provincia. ¿Se nota que estoy cabreado,
verdad?, pues lo estoy y, además, ya soy muy mayor para
empezar a ser vulgar aunque a veces casi no puedo reprimir mi instinto reprimido de insultar
Marca del nivel de la crecida en el Eria |
Ayer me reencontré de nuevo con mi Eria sobre las
12,30 horas y como siempre puse de rastro una ninfa faisán. En esta
ocasión, tres ahogadas por arriba de la boya: un pardo brincado en marrón muy
oscuro y pluma indio avellanado que da muy buenos resultado a primeros de Mayo,
un Guterman 448, brincado en burdeos y el pardón.
Cuando retiré la ninfa también quité el pardón ( creo que este año ya ha cumplido) y coloqué, además de los anteriores, un violeta, un marrón claro y una sarnosa hembra ( la retiré y coloqué un crema con costera ).
Cuando retiré la ninfa también quité el pardón ( creo que este año ya ha cumplido) y coloqué, además de los anteriores, un violeta, un marrón claro y una sarnosa hembra ( la retiré y coloqué un crema con costera ).
El pardo brincado con marrón lo tomaban muy bien, había que sacarlo con tenacilla. |
Como casi siempre la primera pequeña, como no podía
ser de otra forma, me agarró a la ninfa. Creo no haber comentado que cuando
pesco con ninfa de rastro siempre lo hago aguas abajo, pues el codal de unos 80
cm, requiere, para ser efectivo, que esté tensado, y aguas arriba es muy difícil
conseguirlo. A partir de las 14,30 horas retiré la ninfa y monte una cuerda sin
rastro y con cinco ahogadas.
En una de las "gateras" de entrada
al río me topé con un pescador que pescaba a la leonesa, me miró y le dí las buenas tardes; me respondió
con una especie de gruñido mientras giraba de nuevo la cabeza para seguir a lo
suyo. Le comenté que a mí sólo me
entraba trucha pequeña y sin mirarme emitió un sonido que sólo un experto
estudioso del tracto vocal podría haber determinado el lugar de su origen. Llegué
sin hacer ruido y sin hacer ruido me fui como a unos cincuenta metros del
personaje. A los quince minutos, cuando estaba comprobando y sacando una
fotografía a una trucha de 23 cm.,
alguien me pregunta ¿ A qué te ha entrado?, me vuelvo y el susodicho.
Bonita trucha reglamentaria del Eria |
A veces te preguntan -¿A
qué entran?, pensando que tienes la clave, pero los que vamos mucho al río
sabemos que, la verdad de hoy, será mañana mentira y que esto de la pesca es un
continuo probar y, a veces, el mismo mosquito que lo has repetido en la cuerda
no lo toman en una posición y sí en la otra, por eso al río hay que ir a
respirar el aire fresco de esas benditas mañanas, a disfrutar de los
atardeceres pensando siempre que el día de hoy no volverá y a probar y probar y
probar…., ; en el río no se puede estar: ahora quejándose del viento, luego del sol, luego casi exigiendo
que el día esté nublado, pero caliente y que caigan unas gotas; por cierto hay
por ahí una Ley inaplicable que dice algo así como: “ El lavar tu automóvil
para hacer llover, no funcionará”. Alguna vez también tengo que aplicarme a mí
mismo este pensamiento.
Sin comentario, una imagen mejor que mil palabras |
En fin - ¿A que entran?; pues a qué van a entrar, a los mosquitos de época de toda
la vida y si no es hoy pues será mañana y si no pasado. Como afirmaba Cesáreo, un
pescador de Pinilla de la Valdería: “en la cocina no se pesca”. Pescar también
es conversar con otros pescadores. Por cierto, el mejor mosquito del día fue el
pardo brincado con marrón oscuro, que fue con el que la pesqué. Dejo en el aire
si se lo dije o no.
Marrón claro en pardo también muy bien |
Os voy a decir que yo en algunas
ocasiones consigo quitar el mal humor que me embarga releyendo un
fragmento de Hojas de Hierba de Walt Whitman, que pego:
Esta también tiene su momento en los aledaños del Eria. |
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