domingo, 2 de junio de 2013

NAPOLEON EN LA BAÑEZA

Puesto en la Bañeza del hortelano al que compro las plantas

   Ayer sábado inicie la mañana, junto a mi mujer, con una visita al mercado de la Bañeza para, en el puesto donde año tras año compro mis plantas para el huerto, adquirir: pimientos de tres venas y de padrón, repollos de corazón de buey y brecol y 150 plantas de cebollas valencianas. No tenía pensado comprar tantas, así que, al momento, viendo las tres bolsas que me llevaba me empezaron a caer las primeras gotas de sudor. ¡Maldito cuerpo!, aún no había comenzado  a castigarlo y ya empezaba a defenderse, pensé.
Mi huerto una vez concluida la plantación
   Concluí la plantación del huerto y parte de una finquita donde siembro las patatas, los fréjoles, sandías, melones, repollos, lechugas, calabacines y el resto de pimientos como los italianos. Este año aprovechando el ofrecimiento que me ha hecho Alonso, un amigo del pueblo y familiar algo lejano (sé que mi abuelo era el padrino de su abuela materna) que ya a primeros de Abril me dio plantas de tomate para mi huerta, voy a poner guindillas para luego meterlas en vinagre. A ver como salen. Por cierto la que verdaderamente cuida y mima el invernadero es su mujer Lola; aunque él cuando hablamos de nuestras cosas de la huerta siempre dice por ejemplo: pues yo ya tengo tomates maduros..., ¡ coño! los tiene tu mujer que es la verdadera artista del huerto.
Acto de presentación de Napoleón en La Bañeza
   Sin embargo lo mejor vendría a partir de las nueve de la noche en La Bañeza, donde  un amigo de mi generación de Pinilla de la Valdería,  Domingo del Prado,  aunque él  nacer,  nació en Pobladura de Yuso  y circunstancias de la vida hicieron que se criase en Pinilla, pero esa es otra historia, presentaba su libro: “ Napoleón en La Bañeza. La Guerra de la Independencia en La Bañeza y sus comarcas”.

Libro  de Domingo del Prado
   La presentación estuvo marcada por los detalles, ya la fecha elegida es significativa pues, ayer, se cumplían 200 años, desde aquel 1 de junio de 1813  en que fue liberada la  Bañeza. 

Recuerdo que hace casi dos años, después de una partida de cartas  de esas casi fratricidas que jugamos al subastado en el bar Picante de Pinilla, me comentó que estaba escribiendo un libro sobre la estancia de Napoleón en la Bañeza, creo recordar que también comentamos algo en relación a una batalla que se había dado en el termino de Pinilla, pero nunca pensé que la estancia de Napoleón en la Bañeza,  durante unas horas, pudiese dar lugar a un tocho de más de 550 páginas. 
El acto finalizó con una salva de honor

   Como ya tengo el libro, gracias a la generosidad de la Fundación Conrado Blanco  que lo ha publicado, y me llega en el momento justo en que acabé de leer en Denia,  La Busca de Pio Baroja,  donde la miseria de sus personajes que sobreviven en las afueras de Madrid en el tránsito del siglo XIX al XX, me coloca en una buena posición mental para no ruborizarme con las barbaridades que las tropas francesas causaron a mis antepasados, iniciaré la lectura de lo que presumo  será un apasionado retorno a la España de principios del siglo XIX , en un entorno que no me es ajeno.
La agrupación militar dio mucho juego para los recuerdos
   Fue sobre todo una presentación emotiva, no ya por la categoría de los oradores y la cuidada  puesta en escena,  con dotación incluida de soldados franceses ataviados con sus uniformes reglamentarios, sino porque Domingo del Prado, a través de su obra, consigue dar historia a las gentes que abarrotamos el Teatro Municipal de la Bañeza, para sentirse en comunión con sus antepasados que  sufrieron la invasión de un ejercito, con todo lo que conlleva, durante casi seis años. Cuando hoy  conocemos, a través de los medios de comunicación, los horrores que causan guerras como las de los Balcanes, Irak, Siria, etc, en la población civil, donde las violaciones, asesinatos y torturas están tan presentes, sabiendo como saben sus dirigentes que los medios de comunicación las publicarán y que pueden ser presentados ante una  Corte Internacional para ser juzgados, qué no se cometería durante esos penosos años en La Bañeza y sus comarcas limítrofes, donde llegaron a pernoctar unos  60.000 soldados. Bueno, pues habrá que leer el libro para sentir que mis raíces están bien sujetas a la Valdería,  a través de generaciones anteriores que hicieron lo posible para sentirse dueños de su destino y del de sus descendientes.
Domingo del Prado ( Fot. del Diario de León)


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