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Río Omaña |
DISTANCIA ENTRE PESCADORES
No hace mucho comentaba yo en este blog que, el año pasado,
pescando el coto de Quintana de Rueda, dos pescadores entraron al río a
nuestro lado y se pusieron a pescar olvidándose de la obligatoriedad que
recogía el art. 27 de la antigua Ley de pesca de mantener la distancia de 30
metro con otro pescador ( http://www.elpescadorpensante.blogspot.com.es/2013/09/un-dia-mas-en-quintana-de-rueda.html ). Es decir que si estabas pescando con
ova, cucharilla, devón, mosca o pez artificial el otro pescador estaba obligado
a respetar esa distancia, si bien a los efectos de acción sancionable, debería
haber requerimiento previo.
En
la nueva Ley el art. 51 relativo a: “ Uso de la caña y elementos
auxiliares” en su aptdo 3 textualmente dice:” La distancia mínima entre
pescadores, que sólo será exigible cuando uno de ellos así lo requiera y
reconociendo la preferencia a quien primero haya accedido al lugar, será de
treinta metros”.
Pongamos un ejemplo .- Estamos pescando en una tablada a
mosca ahogada a la leonesa, y observamos que, por una de las gateras que
dan acceso a esa tablada, entra un pescador “B” que se pone a pescar río
arriba acercándose a la cabecera donde nosotros pescamos, porque ha visto que
hemos sacado un par de truchas y deduce que las truchas están comiendo en la
corriente de la cabecera. Como no nos hemos leído la nueva Ley y somos un tanto
secos de carácter, pensamos: “ no pienso decirle nada, ya verás como el
muy “cabrito” al ver que he sacado las truchas se me mete encima y no respeta
los treinta metros de seguridad”.
Efectivamente a los cinco minutos lo tienes a menos de diez
metros de distancia y en una de las tiradas casi se enredan ambos aparejos. La
acumulación de adrenalina ha sobrepasado los límites razonables del dialogo y
te acaloras de tal forma que llegáis a las manos. Coincide que el hecho es
observado por otro pescador o por la guardería y el que se siente avasallado en
sus derechos manifiesta que a la bronca se ha llegado porque “B”, se ha puesto
a pescar a su lado no manteniendo la distancia de seguridad, a lo que el guarda
preguntará si le informaste de que deseabas que mantuviese la distancia de
seguridad y tu con total seguridad le dirás que la normativa hay que traérsela
aprendida antes de salir de pesca (me pongo en el peor de los casos). El guarda
dirá que la nueva normativa exige requerimiento previo y que su acción de
pesca no es sancionable, poniéndose a disposición de “B” como testigo o a
redactar un acta por si éste quiere presentar denuncia por lesiones.
En
cualquier caso hemos hecho el ridículo, fastidiando lo que se presumía como una
bonita jornada de pesca y probablemente ante el mal rato que le hemos hecho
pasar al otro pescador, éste presentará la oportuna denuncia por la agresión
sufrida. Borges afirmaba que la duda es uno de los nombres de la inteligencia,
por eso siempre hay que preguntarse si merece la pena iniciar determinas
batallas, porque aún ganándolas, casi siempre, se pierden.
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