lunes, 21 de mayo de 2012

Huerta, río y bodega



   Que no puede ser,  que, a  determinadas edades, el cuerpo se revela y dice basta, eso es lo que me pasa hoy lunes, demasiada tralla para un fin de semana.

Las patatas siguen creciendo
  
    Mi hijo tiene colocada una frase de Henry Cooke, en su página de la empresa AppLeon que dice: “ El trabajo pesado es por lo general la acumulación de tareas livianas que no se hicieron a tiempo”. Y es que una semana sin haber aparecido por la huerta trae consigo las prisas, porque la pesca tiene sus horas y eso sí que es prioritario, así  que no sabía que hacer primero, si regar, quitar las malas hierbas, trasplantar las lechugas del semillero, en fin, me di una paliza y conseguí llegar a mi hora al río (12,00H). 


Las cebollas a su ritmo
   Noté que el río había bajado bastante de caudal, por lo que mi aproximación, tras sortear unas salgueras,  fue mas cautelosa y allí, a unos 100 metros en la otra orilla, sobre el talud, un corzo se me quedó mirando y yo a él y así permanecimos observándonos hasta que decidí montar la caña, momento  en el que de dos saltos se perdió entre los matorrales. 



Perdigón oro viejo
   Mi cuerda estaba formada por cuatro moscas ahogadas por encima de la boya:  de ahogada el rosa chicle, semiahogada violeta, semibailarina sarnosa hembra y bailarina oro viejo; por abajo dos ninfas, la faisán y un perdigón montado con Güterman 412, brincado con hilo de cobre y bufanda rosa chicle, por supuesto sin arponcillo todos los señuelos, de acuerdo con preceptuado en  normativa de la Junta de CyL.

Al rosa chicle
   Cogí unos 12 truchas de las cuales solamente dos daban la medida, una al perdigón y la otra al rosa chicle. Como en días anteriores la primera, pequeña, me entró al violeta, que lo quite sobre las 15,00 horas poniendo en su lugar el carne de la Paleta 3277, con el que saqué únicamente una. Los tres mejores el oro viejo, la sarnosa hembra  y el rosa chicle por ese orden. A las 17,00 horas abandoné el río satisfecho de la jornada, pues aún tenía que regar unas plantas de sandía que había trasplantado la semana pasada, por cierto, me trajo la semilla mi hermana de Castellón y allí le llaman melonas, el año pasado probé con algunas plantas y no se dieron mal, espero este año perfeccionar el cultivo y fotografiar su desarrollo.
Escobas amarillas adornan los márgenes del Eria
   Finalicé el día invitado a una bodega donde, unos amigos que habían pasado el día de caza en la Cabrera, se reunían para reponer fuerzas y claro, cuando el ambiente es agradable, la sobremesa se alarga y es cuanto puedo decir o como decían en el un, dos, tres, hasta aquí puedo leer.  

La Valdería se viste de colores 





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