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Playa de Denia |
Después de unos días en
Denia he reanudado mis jornadas de pesca, en esta ocasión, en el
Esla. Por cierto, también en Denia he tomado un mencia del Bierzo con una tapa
de cecina y es que no hay lugar de España donde uno no se encuentre a un
leones. Hector, gerente de este establecimiento de hostelería y berciano
de pro, hace patria vendiendo productos de su tierra en
Denia. Así que si os encontráis por esas tierras y sentís añoranzas de León
daos una vuelta por la calle Loreto y allí os encontrareis como en casa
en el Bar/Cafetería Your Song.
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Un rincón de León en Denia |
Más de veinte días hacía
que no pisaba las orilla del río y aunque el día estaba desagradable por el vendaval que se había levantado, a las 13, 00 horas, mi cuerpo y mi pensamiento se movían
hacia la ribera del Esla, no sin antes montar las moscas ahogadas leonesas sobre la línea, quedando
mi cuerda formada: de rastro una ninfa faisán, de ahogada un rosa palo, semiahogada
un crema con costera, semiahogado rosa chicle, semibailarín una sarnosa hembra
y de bailarín un oro viejo.
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Trucha pescada con el rosa palo |
Estuve pescando hasta las 17,30 horas y, al ser el
primer día de esta temporada que pesco en el Esla, me dediqué a hacer un reconocimiento de los lugares en los
que suelo atravesarlo pues el caudal era escaso, y así cuando suelten el agua
iré sobre seguro evitando meterme en algún pozo creado por las crecidas del
invierno. Pude observar como el
agua había desplazado una gran raíz como unos doscientos metros de donde se
encontraba desde hacia unos cuatro o cinco años; esto picó mi curiosidad y al
observar el histórico del caudal veo que el día 30 de marzo, la Estación de
Aforos del Río Esla en Villomar,
computó un registro a las 11,00 horas de 141 metros cúbicos por segundo; para
hacernos una idea hoy ha oscilado entre los 7 y los 8 metros cúbicos por segundo. Vamos que aquello
debió ser un mar en pequeño.
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Gráficas de marzo y de mayo |
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Raíz movida por las aguas del Esla |
Respecto a la jornada de
pesca únicamente decir que pesqué cuatro truchas y ninguna dio la mediada
reglamentaria. Se está haciendo
habitual que esta temporada haga un rosco tras otro y esto me recuerda lo que
decía el economista norteamericano Galbraith sobre los economista: “ Hay dos clases de economistas, los que no
sabemos nada y los que no sabemos aún ni eso”. Creo que esto me lo puedo
aplicar respecto a la pesca. Si a alguien le sirve de algo los mosquitos a los
que me entraron fueron: al chicle, oro viejo, rosa palo y la otra a un mosquito
que estoy probando.