sábado, 31 de marzo de 2012

Se abre la veda


  



   Dice la leyenda que una vez que fueron expulsados los judíos y no teniendo contra quien vengarse por la muerte de Jesucristo, los leoneses cuando  acudían a la tabernas  tomaban  limonada mencionando  que, por cada limonada, era como matar o expulsar a un judío.  En la actualidad se sigue tomando limonada en León en la Semana Santa y se siguen “matando judíos”, pero no somos antisemitas, ni el hecho tiene connotaciones racistas, simplemente nos gusta la limonada. La clásica estaría compuesta de unos cinco litros de vino, uno de agua, un kilogramo de azúcar, el zumo de un kilo de limones  y dos ramas de canela; todo ello bien mezclado se deja reposar una semana y a “matar judíos” durante toda la Semana Santa.

   Bueno pues entre limonada y limonada habrá que varear el río, esa es una de las primeras imágenes  que tengo de los pescadores del río de mi pueblo, cuando con sus cañas largas de bambú vareaban una y otra vez el río Eria, unos con mosquitos y otros con cebo; por supuesto no llevaban vadeadores, a lo sumo las botas de ir a regar que no alcanzaban nada más que hasta la rodilla. Mañana, 1 de abril,  se inicia la temporada de pesca  y como todos los años recorreré alguna de las márgenes del río Eria, dando rienda suelta a mi subconsciente pescador, creado a través de generaciones de mis antepasados y probablemente con idéntico resultado a los años últimos,  alguna que otra pequeña, no obstante puedo encontrar el grato placer de que algún pescador, al que le sobre tiempo,  comparta experiencias pasadas de tiempos mejores conmigo. Mi cuerda llevará como rastro una ninfa de faisán,  de ahogada un paja, semiahogada  un verde marzo, semibailarina  un violeta y bailarina un pardón.


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